Este proyecto es fruto de la colaboración entre la Fundación Mies van der Rohe y El Graner, centro de creación de danza y artes vivas
(Texto para el programa) 41°22′14″N 2°09′00″E son las coordenadas del pabellón Mies Van der Rohe de Barcelona y dan titulo a la intervención artística que haré sobre otra intervención, la obra Psicoarquitectura de Oscar Abraham Pavón, pieza que a su vez interviene sobre el pabellón de Mies. Esta construcción constituye en sí misma otra intervención, la del propio edificio sobre el espacio donde se edificó. Un edificio que se construyó en 1929 y que un año más tarde fue desmontado y reconstruido en 1986 en su ubicación actual. La pieza de Oscar Abraham Pavón sobre la que voy a intervenir, muestra principalmente un muro de ladrillo sobre una zona acuática del pabellón donde se refleja su forma. Esta pieza me hace replantearme el poder innato del acto creativo y de qué manera la materialidad de las cosas altera este hecho. Me gustaría indagar en el efecto y la resonancia que produce el cuerpo en colisión con elementos tan primordiales y arquetípicos como el agua, el ladrillo o el mármol. Quisiera generar una deriva atravesando el edificio y habitándolo desde su carácter transformador y su memoria, confrontándolo con mi experiencia arquitectónica, que en este caso se condensa en el elemento del muro. El templo, el museo, la biblioteca o incluso el muro son construcciones arquitectónicas que de alguna manera me han representado durante un periodo de mi vida. En concreto el muro, es soporte artístico y también lugar de encuentro, a lo largo de los años me he generado una relación particular debido a mi proximidad con la práctica del Graffiti. He escrito sobre un muro en incontables ocasiones, sobre todo mi nombre, un nombre que ha ido cambiando a lo largo del tiempo, volviéndose abstracto, indecible, incluso mudo. El muro ha representado para mi una fuerza de arrastre y también de resistencia. El muro contiene potencia, sostiene; es muro de carga, de lamento y de deseo. El muro protesta, exhibe y también oculta, guarda. Muros que se levantan y que caen, muros de tránsito y muros frontera. El acto creativo, como la energía, ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Las ideas están en todas partes, las vamos habitando de una manera o de otra, nos transforman y las materializamos de muchas maneras. Puede ocurrir que sea en un edificio donde surjan o habiten, pero también puede ser que sea a través de un edificio que estas tomen forma. |
Creación e interpretación Manuel Rodriguez
Acompañamiento artístico: Javier Pividal
Sonido: Aire
Fotos: Pablo de Pastors
[ENG]
This project is the result of a collaboration between the Mies van der Rohe Foundation and El Graner, a center for the creation of dance and live arts.
(Text for the program)
41°22′14″N 2°09′00″E are the coordinates of the Mies van der Rohe Pavilion in Barcelona and serve as the title for the artistic intervention I will make on another intervention, the work *Psicoarquitectura* by Oscar Abraham Pavón, which itself intervenes on the Mies Pavilion. This structure in itself is also an intervention—the building’s impact on the space where it was erected. A building originally constructed in 1929, dismantled a year later, and reconstructed in 1986 in its current location.
Oscar Abraham Pavón's piece, on which I will intervene, primarily showcases a brick wall over an aquatic area of the pavilion where its form is reflected. This work makes me reconsider the innate power of the creative act and how the materiality of things influences it. I would like to explore the effect and resonance produced by the body when it collides with such primordial and archetypal elements as water, brick, or marble. I aim to generate a drift through the building, inhabiting it with its transformative nature and memory, confronting it with my own architectural experience, which in this case is condensed in the element of the wall.
Temples, museums, libraries, and even walls are architectural constructs that have in some way represented me during periods of my life. Specifically, the wall, as both an artistic support and a meeting place, has played a significant role. Over the years, I have developed a particular relationship with it due to my proximity to graffiti practice. I have written on countless walls, mostly my name—a name that has evolved over time, becoming abstract, unspeakable, even silent.
For me, the wall has symbolized both a force of attraction and resistance. The wall contains power, supports; it is a load-bearing wall, a wall of lament, and a wall of desire. The wall protests, exhibits, and also conceals—it keeps. Walls rise and fall; they are walls of passage and border walls.
The creative act, like energy, is neither created nor destroyed; it only transforms. Ideas are everywhere—we inhabit them in one way or another. They transform us, and we materialize them in many forms. It may be within a building that they arise or dwell, but it may also be through a building that they take shape.
This project is the result of a collaboration between the Mies van der Rohe Foundation and El Graner, a center for the creation of dance and live arts.