El término MANU proviene del Sánscrito, en la mitología oriental es el nombre que se le da al primer ser humano. La tipología del primer Avatar sobre la tierra, una representación visual, un regreso a la forma.

Este proyecto parte como una indagación en cuestiones identitarias a través de mi propia cosmología. Un espacio de invocación y de encantamiento. Una oportunidad de reescribir cada una de las letras que componen mi nombre.

Cuando bailo, mi cuerpo se desfasa de mi mismo. Se pierde y se encuentra continuamente. Me diluyo en un devenir constante, en la búsqueda de mi propia ausencia, en la ilusión de vislumbrarme, de nombrarme: MANU. La distancia del nombre.



Cada hombre tiene dos nombres:
Uno entero y otro roto.

El nombre entero
reúne sus partículas unánimes,
su transitoria consistencia,
el grado de fusión de su sombra y su cuerpo
su aleatoria constancia de ser uno y no otro,
su reconocimiento de los huecos del mundo,
la desbordada suma
de su vida y su muerte.
Y hasta el amor, a veces.

El nombre roto, en cambio,
recoge los fragmentos del hombre,
aquello a que se alude con sigilo,
los restos de las cuentas perdidas,
los asombros que caen,
las astillas del espejo interior,
la locura de convocar los límites,
el trabalenguas del fracaso.
Y hasta el amor, a veces.

Pero entre ambos nombres se despliega
una ancha franja sin premura,
una tierra de nadie de los nombres,
una zona ya ni rota ni entera,
donde emerge,
como un signo sin trazo,
la presencia radical de lo anónimo.

Y es allí donde crece,
reelaborando lo imposible,
la última nominación,
la más precisa,
la que no necesita ni siquiera
la distancia del nombre

Roberto Juarroz


Creación e interpretación: Manuel Rodriguez

Acompañamiento artístico: Paz Rojo

Iluminación: Victor Colmenero 

Coproducción: Centro Coreográfico Canal / Teatros del Canal 

Agradecimientos a Javier Pividal, Miguel Alvarez-Fernandez, Elias Aguirre y Sara Jassim


 🔗 Artículo de Mercedes Caballero en el periódico El Pais

🔗 Artículo de Omar Khan en la revista SusyQ

[ENG]
The term MANU comes from Sanskrit, in Eastern mythology it is the name given to the first human being. The typology of the first avatar on earth, a visual representation, a return to the shape.

This project starts as an enquiry into questions of identity through my own cosmology. A space of invocation and enchantment. An opportunity to rewrite each of the letters that make up my name.

When I dance, my body moves away from myself. It continually loses and finds itself. I dilute myself in a constant becoming, in the search for my own absence, in the illusion of glimpsing myself, of naming myself: MANU. The distance of the name.





© MANUEL RODRIGUEZ 2021